¿Porqué E-Learning?

¿Porqué E-Learning?.

En la actualidad se dice que el conocimiento se duplica cada cinco o seis años, y lo que aprendimos cuando estuvimos en la universidad se vuelve obsoleto rápidamente. Ante esta realidad, resulta más que obvio que los profesionales del futuro necesitarán estar constantemente capacitándose, yendo a cursos, haciendo postgrados, etc. Sin embargo, esta realidad choca con que uno no puede estar entrando y saliendo del mercado laboral a cada rato, pues la competencia es dura, las circunstancias son muy cambiantes y a la primera distracción uno puede quedar fuera de carrera.

Lo anterior obliga a buscar alguna forma de capacitar y actualizar los conocimientos de los profesionales del futuro sin que ellos tengan que salirse del trabajo, sin que tengan que dejar de ganar dinero ni alejarse de su familia. Y en ese sentido, creo que el desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (las mentadas TIC’s), y en particular, el E-learning, proporcionan una buena alternativa de solución.

La idea central del E-Learning es el desarrollo de un proceso enseñanza-aprendizaje usando las potencialidades de Internet. Este tema está en una etapa de desarrollo inicial en todo el mundo, y se le visualiza un gran potencial de futuro. Existen inquietudes, propias de un paradigma de enseñanza absolutamente nuevo, quizás incomprensible para los que hemos sido criados en el modelo “tradicional” de educación (profesor adoctrinando a los alumnos desde su púlpito, mientras los alumnos toman apuentes sumisamente).

¿Quiere decir esto que el E-Learning es la panacea, el antídoto mágico para nuestros problemas de educación?. Terminantemente NO. Creo que un alumno aplicado y disciplinado va a ser exitoso en cualquier sistema de enseñanza, y que uno flojo y desorganizado va a ser un fracaso, aunque tenga como profesores a Sócrates y a Albert Einstein. Además, hay muchas cosas que hacer respecto al tema. Interpretando lo insinuado por Javier Martínez Aldanondo, en sus excelentes artículos “E-Learning y los 7 pecados capitales” y “Contenidos en e-Learning: El rey sin corona”, falta mucho en la parte “pedagógica” del tema. Por último, tengo la impresión de que el E-Learning requiere niveles de madurez y autodisciplina que  son más bien escasos en los estudiantes y profesionales de hoy.

Pero, a pesar de las dudas y dificultades, creo que la educación a través de internet tiene futuro, y es un campo de desarrollo abierto con interesantes perspectivas.