Saturday, September 17, 2005

Muchos caciques y pocos indios


Muchos caciques y pocos indios

Nos encontramos en una situación en la que todos quieren ser caciques y nadie quiere ser indio, lo cual resulta preocupante, porque se necesita tener indios

Hace algunos años fui a un seminario de telecomunicaciones en Valdivia, y tuve la oportunidad de almorzar en el hotel con un joven ingeniero de la Telefónica del Sur. Durante la conversación, éste me contó de su primer día de trabajo. Él, con su flamante título de ingeniero bajo el brazo, llegó a su oficina dispuesto a “comerse el mundo”, y se llevó una gran sorpresa al ver que el primer trabajo que le mandaron a hacer fue……instalarle un fax a un cliente. Seguramente se sintió estafado y despreciado, pensó “yo no estudié cinco años de ingeniería para instalar un fax”. Pero luego se dio cuenta de que hacer ese trabajo era importante, pues después tuvo que mandar a sus subalternos a instalarlos, y gracias a esa experiencia pudo entender la labor de los técnicos, y sobretodo saber si éstos le estaban diciendo la verdad o lo estaban tratando de hacer leso. Cuando uno ha tenido la experiencia de armar un fax, ya nadie le puede contar cuentos al respecto.

Esta historia se me viene a la cabeza a propósito de algunas estadísticas que hablan de exceso de ingenieros y carencia de técnicos. He escuchado de muchos colegas con los que converso que muchos ingenieros tienen que ejercer pegas de técnicos (y con sueldos de técnicos), pues los puestos de jefes ya están copados o son difíciles de tomar. He llegado a escuchar de ingenieros comerciales que ejercen de cajeros en supermercados, lo cual no deja de ser decepcionante para quienes se ven obligados a tomar tales trabajos.

Históricamente el tener un título universitario ha sido el más importante medio de movilidad social en Chile. Todos los padres aspiran a que sus hijos sean ingenieros, médicos, abogados, arquitectos, dentistas o cualquier profesión que las llamadas “top”, porque el tener un título universitario ha sido desde siempre un signo de status social y de mayores perspectivas económicas (aunque la gran cantidad de “cesantes ilustrados” que existe actualmente parece desmentir esta última afirmación). Parece que en la sociedad chilena existiera una gran aversión a toda labor que implique “ensuciarse las manos” o “meter los pies en el barro”. Tal parece que todos aspiraran a ser “jefes” o “gerentes”, tener una oficina calefaccionada, con un cómodo asiento giratorio, un PC conectado a internet y una joven secretaria con minifalda, mientras que las carreras de “técnico” que se ofrecen en los institutos profesionales y CFT parecen reservados para aquellos a los que no les alcanzó el mate o el bolsillo. Así, nos encontramos en una situación en la que todos quieren ser caciques y nadie quiere ser indio,
lo cual resulta preocupante, porque se necesita tener indios. ¿qué sería de nosotros si no existieran, carpinteros, plomeros, zapateros, técnicos electrónicos, etc?. Quién haría la pega. Una empresa sin jefes a lo mejor no funcionaría bien, pero una empresa sin técnicos simplemente no funcionaría.

Lamentablemente, la formación de los ingenieros está mucho más cargada a la teoría que a la práctica, y muchas veces uno entra al mundo laboral con un tremendo cartón de profesional, pero con poca experiencia práctica. El mercado está repleto de ingenieros civiles y arquitectos que nunca en su vida han hecho una mezcla de cemento; ingenieros informáticos que no saben armar un PC o fabricar un cable de red; ingenieros electrónicos que nunca en su vida han fabricado un circuito impreso, especialistas en telecomunicaciones que jamás han armado una antena, etc. En estas condiciones, estos profesionales quedan prácticamente a merced de los técnicos, que a lo mejor no tienen ninguna base teórica, pero acumulan una gran experiencia práctica. Al final, entre la vergüenza y la sensación de ser un fraude, estos profesionales se ven obligados a aprender por sí mismos (ensayo o error, algo no muy recomendable en el mundo de la empresa) o a pagarle a alguien para que les enseñe.

No soy de la idea de que un ingeniero tenga que saberlo todo, pero creo que debe tener una experiencia práctica previa importante antes de asumir jefaturas. De hecho, estoy totalmente convencido de que todos los aspirantes a ingenieros deberían pasar primero por estudios de técnicos, luego trabajar un tiempo como tales, y después, si quieren, estudiar ingeniería y otros estudios superiores. Eso les daría a los ingenieros un bagaje que les permitiría mandar con propiedad, conociendo la labor de sus subordinados porque la han tenido que hacer, y además, les permitiría relacionar la práctica con la teoría. Como dicen en la Armada, para ser buen jefe primero hay que saber ser buen subalterno, o para saber mandar primero hay que saber obedecer. Por algo los que llegan al alto mando tienen que partir de guardiamarinas y hacer toda una carrera.